miércoles, 31 de diciembre de 2014

NOCHE VIEJA




Despojos  de melancolía
 vahos de pensamientos
y  óleo  de  angustia.

 Fotos viejas que aúllan el pasado
 amores lacerantes
y el futuro imperfecto
del modo subjuntivo.

Todos en fila india
como soldados derrotados.

Mi memoria de viaje al polo sur.

Una llovizna de gardenias
en el anochecer libre de culpas.

Tirarme en la gramilla
a ver la Cruz del Sur.

Qué linda que es la espera

 sabiendo que vendrán.

lunes, 22 de diciembre de 2014

BRINDIS

BRINDIS

El mundo es un espejo gigante que nos devuelve la absurda mueca que antes podíamos mentir como sonrisa.
Eso se terminó. Quizá fue una alucinación, un espejismo provocado por ese brindis traicionero que hicimos con el primer trago.
Mejor beber el vino lentamente, saborearlo despacio, imaginar las vides recargadas, los racimos violetas, la vendimia. Sentir en nuestra piel que somos el oscuro viñatero en medio de la álgida faena de recoger los frutos y luego, en una danza frenética, pisar las uvas, desentrañar su miel y su sustancia, exprimirles el jugo.
Y no olvidar, nunca olvidar que, tal vez, en el instante de levantar la copa, en otra parte del planeta, o a la vuelta de la esquina, una bomba mutila, un ser humano deja de vivir, un llanto hierve en la mirada triste de una mujer vejada, un niño muere de hambre.
No olvidar que el planeta va girando y quizá, en otro tiempo, cambiemos de lugar y no haya vino en nuestra copa ni un motivo feliz para brindar.
Y sobre todo, tener presente que nunca, nadie, brinda en soledad.
Es por eso que de nada sirve correr detrás de una ilusión tan parecida a aquellos espejitos de colores que iniciaron la historia de esta estafa.
A veces, cruzando la mañana, es bueno detenerse para reflexionar y pensar en cada uno de los actos inútiles que cometemos a diario: el malgastar del tiempo en apremios que no tienen que ver con los afectos; el creer que es más válida la voz del noticiero que la palabra de un hijo; o lavar los platos, corregir pruebas, ir al supermercado o al cajero, que sentarse a escuchar a quien tiene algo para decirnos.
Una tarde, al doblar una esquina, vi a un amigo entre los papeles de su oficina y pensé en las ganas que tenía de saludarlo. Pero no, el reloj me gritaba sus apuros y casi caigo en la trampa. Sin embargo, alguna hada buena se apiadó de mí y me hizo retroceder. Abracé a mi amigo, disfrutamos de vernos, nos auguramos buena suerte y llegué a tiempo para todo. Pero con un plus: la alegría del encuentro.
Esa debe ser nuestra brújula para no perdernos en la oscuridad del automatismo y la deshumanización. Para que en ninguna bocacalle nos sorprenda el vacío como una puñalada.
Estoy hablando de comunicarnos, de prestarnos atención, de que nos importe el otro, de no ser más “¿Yo? Argentino” ni lavarnos las manos con el jabón de la indiferencia.
Estoy hablando de recuperar lo humano, de mirarnos a los ojos, de no preguntar en vano sino por interés genuino, de no desentendernos.
No sea cosa de que cuando golpeen a nuestra puerta, ya sea tarde.
Festejémonos hoy. Brindemos con la alegría de ser argentinos. Reafirmemos la identidad contra la andanada de invasiones de todo tipo. Nuestra vida, en cualquier otro lugar del mundo, no sería igual. Nos faltaría la infancia, nada menos.
Por eso, brindemos por la dicha de estar juntos, pero brindemos con el último trago. El de la sensatez.




©Olga Liliana Reinoso

sábado, 20 de diciembre de 2014

autonomía


Ahorcar el miedo

Se desdobla, se desdibuja, vulnerable ante la manipulación de ese amor/desamor nefasto.
Necesita reencontrarse, pero sola no puede. Está pidiendo ayuda, mas sus gritos se evaporan, caen al vacío y, como copas de cristal de baccarat, se convierten en fino granizo que daña más todavía los tiernos brotes de su ingenuidad.
Cuando se mira en el espejo no puede verse, se ha vuelto fantasmal, la sombra de otra sombra siniestra.

Quiere morir, desaparecer del todo. Pero el hijo late, empuja, patea, le toca el corazón. A su impulso, ahorca el miedo con ambas manos y sale a beber la mañana.

jueves, 11 de diciembre de 2014

faroles en la noche



Día del Tango

LA VIDA
 
Un tango azul escribo para vos
tango inicial, de bienvenida y de presencia
tango recio, machísimo y profundo
que se enferma de sur, llamándote.
Compadrito, orillero, esquina y fueye
bailarín del arrabal del tiempo.
Hoy Dios se saca el funyi y te saluda

y te invita a bailar la eternidad.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Fotopoemas




TINTINEAR

Mis pensamientos van en esa barca
mi boca reza
y esparce pétalos en el oleaje impávido
que se tiñe de aromas.
Es el ayer o es el mañana.
Voy a los brazos de Caronte sin monedas.
Soy la hechicera, la despojada
la caminante de palabras.
La luna se compadece;
 llueve plata en mi regazo.
Con los dientes, con los dedos
hago circunferencias con los rayos
y  tintineo en la noche
para anunciarme.


navegante

¿Dónde está el navegante,
el pescador,
el ser que huye hacia la luna
abrigado de sombras?
¿Se habrá hundido en las aguas
que la quietud de la noche

convierte en un cristal apenas ondulante?